Paseando por las calles Castelar y Roma se aprecia lo poco que queda de la Colonia Madrid Moderno y se intuye lo que quedará dentro de unos años. Madrid tiene estas cosas tan intrigantes. Tiene calles que son un auténtico delirio arquitectónico y otras calles fantasmagóricas donde uno se tiene que imaginar la ciudad invisible que pudo ser y no fue. Hace más de 100 años se presentaron como hotelitos con luz, agua corriente y bien comunicados por la línea de tranvía Goya-Madrid Moderno-Ventas.
Yo hubiera añadido: cuentan con un jardín y un patio interior lo suficientemente pequeños como para no robarle a Vd. el tiempo de ocio. Y es que estos miradores parece que estén diseñados para leer y de vez en cuando echar una miradita a ver que pasa en la calle.
¡Lo que es Internet! Hoy me despierto y veo que una amiga me envía un enlace a un dibujo de ¡mi casa! Muy chulo, por cierto :)
ResponderEliminarUn detalle: no es el 17, es el 11 :P
¡Un saludo!