En el año 2009 durante las obras de acondicionamiento de la Plaza de Las Cortes, se halló una cápsula del tiempo debajo de la estatua de Miguel de Cervantes fechada en 1834. En el cofre de plomo se encontraron entre otros objetos cinco tomos de El Quijote, el Estatuto Real de Las Cortes y una biografía del guerrillero liberal Xavier Mina. Un guerrillero navarro que luchó primero por la independencia de España contra los franceses y luego viendo como Fernando VII abolió la constitución y persiguió a los liberales, organizó la lucha junto a otros liberales españoles, italianos e ingleses por la independencia de México, aunque él proclamó que combatía contra el rey de España.
El pasado viernes me senté sobre la base octogonal de granito donde se encontró la cápsula liberal del tiempo con la intención de dibujar el Palacio de Las Cortes que alberga al Congreso de los Diputados, que como todo el mundo sabe, es el órgano constitucional que representa al pueblo español.
Era una tarde fea y desapacible. La frialdad y dureza del granito coinciden con la valoración que tiene el pueblo español de sus políticos según el último barómetro del CIS. Los datos del INE no hacen más que confirmar la deriva de la economía. Unos tremendos nubarrones cubrían el cielo de Madrid y amenazaban con estropearme el dibujo. Así que me despedí de Don Miguel y sus cápsulas liberales y me fui a buscar el verdadero calor del pueblo español. Y lo encontré muy cerquita, en la calle del Prado ¡En una cantina, claro!... la del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid. Mientras entraba en calor y retocaba el dibujo escuché desde otra mesa una tertulia muy interesante.
El pasado viernes me senté sobre la base octogonal de granito donde se encontró la cápsula liberal del tiempo con la intención de dibujar el Palacio de Las Cortes que alberga al Congreso de los Diputados, que como todo el mundo sabe, es el órgano constitucional que representa al pueblo español.
Era una tarde fea y desapacible. La frialdad y dureza del granito coinciden con la valoración que tiene el pueblo español de sus políticos según el último barómetro del CIS. Los datos del INE no hacen más que confirmar la deriva de la economía. Unos tremendos nubarrones cubrían el cielo de Madrid y amenazaban con estropearme el dibujo. Así que me despedí de Don Miguel y sus cápsulas liberales y me fui a buscar el verdadero calor del pueblo español. Y lo encontré muy cerquita, en la calle del Prado ¡En una cantina, claro!... la del Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid. Mientras entraba en calor y retocaba el dibujo escuché desde otra mesa una tertulia muy interesante.