martes, 24 de julio de 2012

La estatua del jardín botánico

Una mañana preciosa la del sábado 21 de Julio, que empezó en el tren de cercanías que va desde Valdemoro hasta Atocha. En el trayecto tomo apuntes de ciudadanos del mundo y 25 minutos después emerjo de las profundidades de la estación a través de la linterna, cimborrio, intercambiador o como quiera que se llame el cilindro diseñado por Moneo de la estación de Atocha. Lo primero que veo al salir a la superficie es el Museo Nacional de Antropología. Casi diluido entre el chorro de turistas atravieso los larguísimos pasos de cebra y llego hasta la acera del Museo. Caminando por la sombra paso por la puerta del antiguo Ministerio de Fomento, hoy Ministerio de Agricultura alimentación y Medio Ambiente.

Continúo arrastrado por la corriente turística hasta que llego al kiosco de la esquina del Paseo del Prado con la cuesta de Moyano. Allí los turistas dividen su mañana en dos mañanas totalmente diferentes; las mañanas del MNCARS y Caixa Fórum por un lado y las mañanas del Prado y del Thyssen por otro. Es como ser del R.Madrid o del Barça. Hay turistas que no les importa el museo que van a ver porque lo único que quieren es hacerse una foto de los pies y subirlo al féisbuc, pero éstos suelen terminar en el museo del Jamón. Sigo la valla del Botánico por el paseo del Prado, hasta que llego al pavimento empedrado anti sandalias, donde se caen siempre los turistas que eligen la mañana del Prado y del Thyssen.

Mis compañeros me esperan en la entrada del museo. Están radiantes con sus sombreros y sus gorras del desierto. Conversamos sobre carrilleras de ibérico al oporto y la cuadratura del huevo entre plantas americanas, australianas y alcachofas. Llegamos al punto de desencuentro, es decir cada uno tira para donde quiere y se pone a su tarea. Es curioso, desde que dibujo en la calle, llevo alguna canción metida en mi cabeza y no sé muy bien porqué. Me sirve como banda sonora de mis dibujos. Quizás es algo genético de algún antepasado artesano que silbaba mientras trabajaba sin cesar para pagar impuestos. ¿Quién sabe? el caso es que ese día canturreaba, obviamente "La estatua del jardín botánico" de los míticos Radio Futura. Así que localicé el estanque, la estatua y la elipse y me puse a cantar y a dibujar...Lástima que me tuve que ir a las 13:00 y me perdí los calamares al vapor y las cañas con mis compañeros en El Brillante.



miércoles, 18 de julio de 2012

Antón Martín Madrid

Plaza de Antón Martín 7:00 de la tarde. Esperando en la puerta de la famosa farmacia El Globo. A la izquierda la fachada del Teatro Monumental sin los perpetuos camiones de Rtve. En el centro "El abrazo" de Juan Genovés y la calle Atocha que desciende hasta la Plaza del emperador Carlos V. En la placa se lee el lema de Paul Éluard: "Si el eco de su voz se debilita, pereceremos"...Y esto hace Charo, la señora del kiosko, que se encargaba de relatar generación tras generación la historia de esta escultura y de la plaza entera.


martes, 17 de julio de 2012

Madrid Skyline desde el parque J. Carlos I

Al mediodía me escapo de la oficina y me voy al cercano parque de Juan Carlos I. Me subo a un promontorio con una escultura en su cima llamada My sky hole/Madrid de Bukichi Inoue, desde donde puedo ver un interesante horizonte de Madrid. La vista al norte alcanza más allá de las cuatro torres de la castellana y por el sur se alcanza a ver más allá del Pirulí. Me faltan los edificios de Azca, de los que solo reconozco la torre Picasso. En el centro del parque se ve la famosa escultura "Espacio México". Es una enorme rueda de hormigón, de ocho metros de diámetro, de color rojo intenso. De los artistas mexicanos Andrés Casillas y Margarita García Cornejo, quienes se inspiraron en las tradiciones más remotas de su país para realizar una obra plagada de simbolismos. Las alusiones al sol, al calendario azteca, al juego de pelota de las ciudades mayas y a la piedra de los sacrificios son muy directas, tanto por las formas como por los colores empleados.

Entre las esculturas y arquitecturas del parque veo la barcaza que cruzaba el lago. Está varada como la dorada de Chanquete. Imagino al capitán... ¿estará también en tierra afectado por la crisis? ¿Y si me voy a conocerle? lo mismo me recibe con una botella de vino y una lata de sardinas. El capitán podría llamar a una amiga suya pintora que nos cante canciones de Aute. Haríamos un skechtcrawl marinero... ¡Dios, las 3 y media! me vuelvo a la oficina a trabajar que se me ha ido el tiempo.